domingo, 16 de enero de 2011

SIETE DÍAS DE JULIO, de Jordi Sierra i Fabra

En Sant Jordi de 2008 junto con una amiga, decidimos cogernos el día libre e ir a pasear por Barcelona (no hay cosa que más me guste un 23 de abril que ir a dar vueltas por los puestos de libros…) y, como no, acabamos en una gran librería céntrica (parece ser que lo de hacer cola cargadas de cosas, nos gusta…). Uno de los libros que compré en esa ocasión fue “Cuatro días de enero”, reconozco que lo que me gustó fue el título y como no había tiempo para más, lo puse en el montón y para caja…

Realmente fue un gran acierto, el libro me enganchó desde el principio, me sorprendió mucho, sobretodo por la visión del autor sobre la entrada de las tropas franquistas en Barcelona en enero del 39.

Un par de años más tarde (véase, Semana Santa de 2010) volví a la famosa librería a ver que “se cocía” y allí me tropecé con “Siete días de julio”…no sé el oscuro motivo que provocó que hasta hace unos días no empezara a leerlo, y ahora que lo he acabado me arrepiento de los meses que ha estado en la estantería…

Después de ser misteriosamente indultado de su encierro en el Valle de los Caídos, Miquel Mascarell, el último policía republicano de Barcelona que nos hizo vibrar en enero del 39, vuelve a Barcelona.

Una Barcelona desconocida, con nombres de calles nuevas, una nueva burguesía y nuevos ricos gracias al estraperlo. Por suerte él no ha cambiado y por casualidad retoma el contacto con Patro Quintana, aquella chiquilla a quien salvó la vida en la anterior entrega y que ahora ella será quien velará por la vida del exinspector.

Todo y no haber hecho pública su llegada a Barcelona y hospedándose en un pequeño hostal en la calle Hospital (muy cerca de las Ramblas) recibe una misteriosa misiva, acompañada de mil pesetas y una foto, que le incita a empezar a investigar.

A partir de allí se encuentra con un entramado de venganza personal, celos y la lucha por dominar la industria textil de Catalunya. Todo ello muy bien ambientado en la Barcelona de la época.

En definitiva, altamente recomendable para pasar unos buenos momentos de lectura…y aviso, engancha!

Ahora, a esperar al 15 de marzo a que vuelva mi preciado Mascarell con “Cinco días de octubre”.



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